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Unión Hipostática

 Unión Hipostática 

de Jesucristo

 En el principio...

Juan 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 

Juan 1:14: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros".

Colosenses 2:9: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad".

Hebreos 2:14-17: "Por cuanto los hijos tienen carne y sangre, él también participó de la humanidad de ellos, para que por su muerte pudiera quebrantar el poder del que tiene el poder de la muerte, es decir, el diablo, y liberar a aquellos quienes durante toda su vida estuvieron sujetos a esclavitud por el temor a la muerte

Este era en el principio con DIOS.

Su Deidad y Su Humanidad

En esta unión, Jesús tiene dos naturalezas distintas: la naturaleza divina, que es eterna, infinita e inmutable, y la naturaleza humana, que es finita y está sujeta a las experiencias y limitaciones humanas. Ambas naturalezas son completas y permanecen distintas, sin división, confusión o alteración.


La unión hipostática

La unión hipostática se refiere al concepto teológico de que Jesucristo, en su persona, posee tanto una naturaleza divina como una naturaleza humana. Es una doctrina fundamental de la fe cristiana y un intento de explicar cómo Jesús, como Hijo de Dios, puede ser simultáneamente plenamente Dios y plenamente humano.
La unión hipostática es un principio central de la fe cristiana. Es un misterio que no podemos entender completamente, pero es un misterio que podemos abrazar y celebrar.

JESÚS es el Hijo de DIOS que, en la encarnación, asumió la naturaleza humana conservando su naturaleza divina. En otras palabras, JESÚS es completamente DIOS y completamente humano al mismo tiempo. El término "unión hipostática" proviene de la palabra griega "hypostasis", que significa "persona" o "esencia individual".

Jesús es la encarnación del Hijo eterno de Dios, que tomó carne humana y habitó entre la humanidad.

La unión hipostática enfatiza que la divinidad y la humanidad de Jesús no están mezcladas ni fusionadas, sino que existen en perfecta unidad y armonía dentro de su única persona.

La unión hipostática es un misterio que no puede ser completamente explicado por la razón humana. Sin embargo, es una parte esencial de la fe cristiana. La doctrina de la unión hipostática es lo que permite a los cristianos decir que Jesucristo es el Salvador del mundo. Jesús pudo morir en la cruz por nuestros pecados porque era completamente humano. Y pudo resucitar de entre los muertos y ascender al cielo porque era completamente Dios.

Reiteramos que la unión hipostática se considera un misterio más allá de la comprensión humana total, ya que implica la unión de lo divino y lo humano de una manera que trasciende la comprensión humana. Es un concepto central en el cristianismo, que afirma la capacidad de Jesús para representar plenamente a Dios ante la humanidad y reconciliar a la humanidad con Dios a través de su vida, muerte y resurrección.



Entonces, la unión hipostática de Jesucristo es un concepto teológico que afirma la existencia simultánea de dos naturalezas distintas, divina y humana, dentro de la persona de Jesús. Es doctrina fundamental del cristianismo, particularmente enfatizada en las tradiciones cristianas ortodoxas.

El significado de la unión hipostática radica en la creencia de que a través de la naturaleza dual de Jesús, él puede cerrar la brecha entre Dios y la humanidad. Como totalmente Dios y totalmente humano, Jesús sirve como mediador entre Dios y la humanidad, reconciliando a la humanidad con Dios y haciendo posible la salvación.

La unión hipostática enseña que las naturalezas divina y humana de Jesús están unidas de manera misteriosa e inseparable. Afirma que Jesús no es un mero ser humano que se hizo divino o un ser divino que sólo apareció humano, sino una persona única que posee ambas naturalezas plenamente y sin confusión.

En esta unión, Jesús experimenta toda la gama de experiencias humanas, incluyendo el hambre, la sed, el dolor y la tentación, al mismo tiempo que posee atributos divinos como la omnipotencia, la omnisciencia y la inmutabilidad. Las naturalezas divina y humana coexisten en perfecta unidad sin mezcla, cambio o compromiso.

Este misterio profundo va más allá de la comprensión humana. Si bien los teólogos y académicos han tratado de articular y explicar este concepto, sigue siendo una cuestión de fe y un pilar central de la comprensión cristiana de Jesucristo.

Qué es la unión Hipostática

Qué dice la Biblia dice acerca de la Trinidad (que sólo hay un DIOS pero que Él existe en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo). En este contexto creo que es importante entender ciertas cosas acerca del Hijo de DIOS, JESUCRISTO.

En primer lugar: JESUCRISTO, “DIOS en la carne”, nos presenta un “misterio que debemos entender un poco para no tergiversar la Escritura.

En segundo lugar, puesto que es un misterio (o sea, un poco difícil de comprender), ha resultado en ciertas malas enseñanzas y herejías de las cuales hemos de estar enterados.

Vamos a aprender dos términos “teológicos”.

Estos términos (lea el artículo “La Trinidad”) describen conceptos complejos, o sea, es una manera sencilla de resumir un concepto que es un poco más complejo. Antes de empezar, quisiera mostrarles la importancia de lo que vamos a estudiar (tanto en el tema del mensaje como en los dos términos nuevos):

Sabemos que JESUCRISTO es DIOS mismo en la carne.

Comparemos los siguientes pasajes de Juan 1:48 con 21:17, lo cual nos muestra que dichos eventos no nos sorprenden cuando vemos que JESÚS era Omnisciente, que Él lo sabía todo.

Recordemos cuando le preguntó Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondiendo JESÚS dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.  [Juan 1.48]

También Pedro tuvo una demostración de Su Omnisciencia cuando le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. [Juan 21.17]

Sin embargo, cuando vemos lo que parece ser una “contradicción”, ¿qué hacemos? ¿Lo sabía todo o no lo sabía todo? Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. [Mar 13.32]

Sabemos que JESUCRISTO es DIOS mismo en la carne... "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de DIOS, no estimó el ser igual a DIOS como cosa a que aferrarse, sino que  se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." [Filipenses 2.5-8]

Para llegar a ser hombre, ¿de qué tuvo que despojarse Cristo?  ¿Se despojó de Su deidad, de algunos atributos de Su deidad?, pero ¿qué implica “despojarse”? Necesitamos saber lo que la Biblia dice acerca del JESUCRISTO, DIOS mismo, nacido como hombre.

Su Deidad

JESUCRISTO es DIOS



Antes de introducirnos más en el estudio, coloquialmente hablando, antes que nada, debemos y es necesario declarar, sin duda alguna, lo que la Biblia dice acerca de la deidad de Cristo Jesús.

Antes de Su “Encarnación” (antes de nacer de una virgen), el Hijo de DIOS “era DIOS”. Bien leemos en Juan 1:1: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con DIOS, y el Verbo era DIOS.

Esto forma parte de la doctrina de la Trinidad: Que DIOS (un Ser) existe en tres Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Cada una de las tres Personas es DIOS, total y plenamente DIOS.

Cuando el Hijo de DIOS nació de una virgen, siguió siendo DIOS. "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: DIOS fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria." [1Tim 3.16]

Sus enemigos reconocieron el hecho: Cristo dijo que era DIOS (que el DIOS “Yo Soy”, “Yo Seré*” [*traducción literal del hebreo] del Antiguo Testamento) y por esto querían matarlo. ”Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se  escondió  y  salió  del  templo;  y atravesando por en medio de ellos, se fue”. [Juan 8.58-59]

Sus seguidores lo reconocieron mientras que Jesús estaba todavía en la tierra. Tomás dice claramente lo que todos sabían: Jesús es DIOS (y fíjese bien en el pasaje que sigue porque Cristo no le corrige cuando se lo dice; o sea, Cristo aprobó lo que Tomás dijo, que Él era DIOS). Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y DIOS mío!” [Juan 20.27-28]

Después de Su ascensión al cielo (desde Hechos 1 hasta hoy día) el hecho no cambió: JESUCRISTO es DIOS, el Todopoderoso. “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” [Apoc. 1.8]

Por lo tanto, podemos declarar sin duda que el Hijo de DIOS (JESUCRISTO) es DIOS, siempre ha sido DIOS y siempre será DIOS “JESUCRISTO es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” [Hebreos 13.8]

Él es DIOS y por lo tanto es “inmutable”, no cambia nunca en lo que “es” (en Su Ser; en lo que “es” como DIOS).

Esto quiere decir que JESUCRISTO no es un “dios engendrado”. Este error (que es también una herejía) existe en las religiones falsas como la de los Testigos de Jehová, que creen que DIOS Padre “creó” al Hijo en la eternidad pasada. Dicen que JESUCRISTO es un DIOS, pero no es “el DIOS”.

Hay que tener mucho cuidado con este asunto aun entre los maestros conservadores porque desde el Concilio de Nicea (un concilio de la Iglesia Católica Romana) ha existido la idea filosófica que el Hijo de DIOS fue (¿era?, ¿es?) “eternamente engendrado” del Padre. El resultado de aquel concilio fue lo que se llama hoy “el Credo Niceno” y supuestamente fue una afirmación de la Trinidad, pero lo que afirma es la herejía de que el Hijo de DIOS  es  “ engendrado” ( o sea, que tiene comienzo):

“Creemos  en  un  DIOS  Padre  Todopoderoso,  hacedor  de  todas las  cosas visibles  e invisibles. “Y en un Señor JESUCRISTO, el Hijo de DIOS; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, DIOS de DIOS; luz de luz; DIOS verdadero de DIOS verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos.

Y en el ESPÍRITU SANTO.

A quienes digan, pues, que hubo cuando el Hijo de DIOS no existía, y que antes de ser engendrado no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra substancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a éstos anatematiza la iglesia católica.

Obviamente, para el estudiante de este concilio (y de la historia de la Iglesia), los que sacaron este credo querían afirmar la ortodoxia, que DIOS es Uno, pero que existe en tres Personas distintas. Sin embargo, por su elección de palabras, abrieron una puerta para la herejía de que JESUCRISTO fue “engendrado” (aunque trataron de evitar esta tergiversación diciendo que el Hijo no fue “hecho”).

La palabra “engendrar” significa que lo que fue engendrado no existía antes y que en un punto dado, fue “engendrado”. Y no se puede esquivar este problema diciendo que el Hijo de DIOS fue (¿era?, ¿es?) “engendrados eternamente” porque esto es una contradicción de términos. El término engendrar implica un comienzo, que es contradictorio a “eternamente”.

¿De dónde vino esta confusión? Vino de la Biblia, pero como siempre vino de la Biblia tergiversada por no comparar la Escritura con la Escritura y tomar los pasajes en sus debidos contextos, dejando que la Biblia diga lo que dice (sin que metamos nuestras propias ideas e interpretaciones).

Aquí están los pasajes que causan la confusión (puede ser que alguien quiera meter otros pasajes en este asunto, pero con los que siguen podemos tratarlo bien y aclararlo): Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. [Sal. 2.7]

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. [Juan 1.14]

Porque ¿a cuál de los ángeles dijo DIOS jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? [Heb 1.5; una cita de Salmo 2.7]

Los que muchos quieren hacer que ubicar el “decreto” de Jehová (Salmo 2.7) en la eternidad pasada y decir que en aquel entonces (en la eternidad pasada), el Hijo fue (¿era?, ¿es?) engendrado eternamente. Pero, ¿cómo es que alguien puede ser “engendrado eternamente”? Los dos términos se contradicen. O fue engendrado y tuvo un comienzo o es eterno. Punto. No hay otra opción y no hay manera de combinar los dos conceptos.

La solución, como siempre, se ve muy claramente cuando tomamos los pasajes en su contexto y dejamos que la Biblia se explique a sí misma. Leamos el pasaje de Hebreos 1 otra vez, pero ahora con el siguiente versículo: Porque ¿a cuál de los ángeles dijo DIOS jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de DIOS. [Heb 1.5-6]

El sentido obvio de este pasaje (y por lo tanto del pasaje que se cita en Salmo 2.7) es que el Hijo de DIOS llegó a ser “engendrado por el Padre” cuando el Padre “introduce al Primogénito en el mundo”. O sea, fue engendrado por el Padre en el vientre de la virgen María (por un milagro de DIOS Padre; Lucas 1.35).

Este sentido es obvio porque tanto el Salmo 2.7 como Hebreos 1.5 dicen que Cristo fue engendrado por el Padre “hoy”. Tomó lugar dentro del tiempo y no antes, o sea, no durante la eternidad pasada.

Según Juan 1.14, Cristo es el “Unigénito” no porque fue “engendrado” en la “eternidad pasada” sino porque es el Único que nació físicamente por la obra del Padre (por medio del Espíritu Santo; Lucas 1.35).

Entonces, todos estos pasajes se refieren al “día” (en el tiempo, no en la eternidad) cuando el Padre (por medio de Su Espíritu) “engendró” a Jesús en el vientre de María (por un milagro, no por “relaciones” como enseñan lo mormones y otras sectas falsas; otra vez: Lucas 1.35). En este sentido, Cristo es el “Unigénito” del Padre porque el Padre no ha “engendrado” a nadie más como “engendró” a Jesús en el “día” de Lucas 1.35.

Entonces, a fin de cuentas, no es nada tan difícil que tengamos que sacar todo un “credo filosófico” para solucionarlo con frases contradictorias como “engendrado eternamente”. El Padre engendró “hoy” (el día de Lucas 1.35) a Jesús, a la “humanidad” del Hijo de DIOS.

El Hijo de DIOS es inmutable (es el mismo hoy, como ayer y para siempre), no fue “engendrado” nunca porque Él es DIOS eterno e infinito. Sin embargo Su humanidad, sí, tuvo un comienzo dentro del espacio y el tiempo: Un “día” el Padre “engendró” a Jesús en el vientre de María. Así es, de fácil. No hay por qué complicar la cosa.

Ahora, cuando el Padre “engendró” a Jesús en el “día” de Lucas 1.35, ¿se le perdieron al Hijo de DIOS algunos de Sus atributos divinos? ¿Dejó de ser DIOS total o parcialmente? Este es otro asunto problemático que debemos analizar un poco y se llama “la teoría kenótica”.


Término Teológico

La teoría "Kenótica"

La teoría kenótica es una doctrina teológica que describe el anonadamiento de JESUCRISTO en su encarnación. El término "kenosis" proviene de la palabra griega kenoō, que significa "vaciar".

Dicha teoría esta fundamentada en el pasaje de Filipenses 2:7, que dice que Jesús "se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres".

Algunos eruditos creen que este pasaje se refiere al anonadamiento voluntario de Jesús para hacerse humano. Otros creen que se refiere a la humillación y sufrimiento de Jesús en la cruz.

Entre los principales desarrolladores de dicha teoría está los teólogos Gottfried Thomasius, Hermann von der Goltz y Charles Gore. Ésta ha sido muy influyente tanto en la teología protestante como en la católica.

Esta diversidad de teólogos ha llevado a darle una variada interpretación y forma de entenderla. Algunos entienden que significa que Jesús renunció a sus Atributos Divinos, como la Omnisciencia, la Omnipotencia y la Omnipresencia, para volverse humano. Otros entienden que significa que Jesús solamente renunció al uso de sus Poderes Divinos, mientras aún, conservaba su Naturaleza Divina.

Puntos clave de la teoría

La teoría kenótica ha sido criticada por algunos teólogos, quienes argumentan que no explica adecuadamente la humanidad plena de JESUCRISTO. Argumentan que si Jesús renunció a sus Atributos Divinos, entonces no podría haber sido completamente humano.

A pesar de estas críticas, la teoría kenótica sigue siendo una doctrina teológica influyente. Proporciona una forma de entender la encarnación que enfatiza la humildad y la obediencia de JESUCRISTO.

O sea, según esta teoría, mientras que JESUCRISTO estaba en la tierra, ÉL (como Hijo de DIOS) era “menos DIOS” que antes.

JESUCRISTO es completamente DIOS y completamente hombre.

En su encarnación, Jesús se humilló voluntariamente y tomó la forma de siervo.

La kénosis de Jesús fue un vaciamiento de sí mismo, no una pérdida de la divinidad.

La kénosis de Jesús estaba motivada por el amor y la obediencia al Padre.

La kénosis de Jesús era una parte necesaria de su misión de redimir a la humanidad.

La teoría kenótica es una doctrina compleja y desafiante, pero ofrece una comprensión rica y profunda de la encarnación. Es una doctrina que ha sido adoptada por muchos cristianos a lo largo de la historia y continúa siendo una fuente de inspiración y guía en la actualidad.


La humanidad de JESUCRISTO

JESUCRISTO es hombre


En Su Deidad (o sea, como DIOS) JESUCRISTO nunca ha cambiado, pero como hombre, sí. Su “humanidad” no es eterna porque empezó con Su concepción y nacimiento de una virgen (empezó cuando el Padre lo engendró, Luc 1.35). Jesús nació como un bebé (de una virgen, pero de todos modos como un bebé).

Y aquí, precisamente, es donde empieza el “misterio” de este asunto. Pero antes de involucrarnos en comprenderlo y entenderlo, consultemos (ya que es la única fuente real y verdadera) lo que la Biblia dice con claridad acerca de la humanidad de Cristo.

Como primer punto e introducción para entender este misterio leamos lo que Lucas nos relata acerca del encuentro que tuvo María con el ángel: "Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de DIOS." [Luc. 1.34-35]

Observe y medite el hecho importante de que este bebé era "el Santo Ser" cuando fue engendrado. Considere, además, que ÉL no tenía ni había sido procecreado por un padre humano y por tanto no tenía una naturaleza pecaminosa como nosotros (no llevaba el “pecado original”, lo cual nos da la tendencia a pecar desde nuestro nacimiento físico).

Cristo nació como un ser humano, como un hombre perfecto, pero, sí, pero sin la naturaleza pecaminosa y sin el “pecado original”.



Piense en cómo era la situación de Adán antes de su caída. Cristo nació libre del pecado y “perfecto” como era Adán cuando DIOS lo creó. Sin embargo, ÉL, Cristo, era “humano” en todo sentido (excepto que ÉL no había nacido ni tenía la naturaleza pecaminosa con que nacemos todos los humanos).

Vea usted lo que nos narra la Biblia con respecto a que Jesús creció como cualquier otro niño y como cualquier otro joven:

Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de DIOS era sobre él. [Luc 2.40]

Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con DIOS y los hombres. [Luc. 2.52]

Aprendió cosas como cualquier otro: Creció en sabiduría (ÉL tenía una mente humana, un intelecto humano); se desarrolló físicamente como cualquier otro: Creció en estatura (tenía un cuerpo humano). También creció en madurez (en Su capacidad moral, si podemos decirlo así sin implicar que Él no fuera moral al principio, por supuesto que, sí, lo era y lo es).

Esto quiere decir que la capacidad moral de Jesús era probada delante de DIOS y delante de los hombres igual que con todos nosotros. Es por esto que vemos que Él creció en gracia (en “aprobación”) con DIOS y con los hombres.

Por tanto, vemos que JESUCRISTO tenía una  voluntad humana y por consiguiente pudo escoger entre el bien y el mal exactamente como cualquier otro ser humano (por esto somos “criaturas morales”). Éste es el sentido de “aprender la obediencia”, por “lo que padeció” como leemos en Hebreos.

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia. [Heb 5.8]

No es que fuera desobediente y luego por el castigo aprendió a obedecer. Más bien, Jesús tuvo que enfrentar situaciones “moralmente difíciles” y en esto “padeció” cada vez que lo hizo, pero siempre obedecía. Nunca falló ni una sola vez.

Entonces, Él “aprendió” la obediencia en el sentido que cada prueba era más difícil que la anterior y le requirió más padecimiento y más obediencia. Así “creció” en Su obediencia y puesto que nunca falló, así creció en “gracia” (en aprobación) con DIOS y los hombres.

Vemos muchas veces en los Evangelios que JESUCRISTO padecía de las mismas debilidades y limitaciones que nosotros tenemos.



Caminando por Samaria, se cansó y quiso parar para descansar (es cuando se sentó junto al pozo y tuvo Su “encuentro evangelístico” con la mujer samaritana). Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. [Juan 4.6]

En la cruz Él tenía sed. Después de  esto,  sabiendo  Jesús que ya todo  estaba consumado, dijo, para  que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. [Juan 19.28]

Durante Su tentación en el desierto JESUCRISTO tenía hambre porque no había comido por 40 días. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. [Mat 4.2]



Aun experimentó las mismas emociones que nosotros, como por ejemplo la tristeza y la angustia. Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. [Juan 12.27]

Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. [Juan 13.21]

Cristo experimentó toda la humanidad (todo lo que nosotros experimentamos), pero con una diferencia distinta: Él nunca pecó. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. [Heb 4.15]

Usted estará expectante y no dudo que con frecuencia se haga la pregunta de que si JESUCRISTO tenía la capacidad de no pecar pues estaba viviendo en la carne. La respuesta, enfáticamente es NO. Lea nuevamente Hebreos 4.15.  Sin embargo ahora nos surge una nueva pregunta y muy válida en este estudio, ¿pudo haber pecado?

JESUCRISTO era un hombre perfecto, sin la naturaleza pecaminosa, exactamente como Adán antes de su caída. ¿Pudo pecar Adán? Entonces, ¿pudo haber pecado Jesús?

Pero, un momento: Cristo era DIOS mismo en la carne. ¿Será posible que DIOS aun podría ser tentado por el mal? Entonces, ¿pudo haber pecado JESUCRISTO, DIOS en la carne?



Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de DIOS; porque DIOS no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. [Stg 1.13]

El propósito de estas preguntas no es el de confundirle a nadie, ni tampoco el de proponer que haya una contradicción en la Escritura (que no la hay ninguna). Estas preguntas sirven para mostrarnos la necesidad de entender nuestro segundo término nuevo: “La unión hipostática” de Cristo Jesús.

 

La Unión Hipostática

JESUCRISTO es plenamente DIOS y plenamente hombre

La Encarnación del Hijo de DIOS significa que JESUCRISTO es verdadero DIOS y verdadero hombre. Él es el hombre perfecto que ha devuelto a la humanidad la semejanza divina perdida por el pecado original. La Biblia enseña la divinidad de Cristo y cómo los autores del Nuevo Testamento llegan allí.

La creencia cristiana de que Jesucristo es tanto Dios como hombre es compleja y ha sido debatida por teólogos y filósofos durante siglos. No existe una respuesta única que pueda explicar completamente este misterio, pero hay algunos puntos clave que pueden ayudarnos a comprenderlo.

    Primero, es importante entender que el concepto cristiano de Dios no es el mismo que el concepto de Dios en otras religiones. En el cristianismo, Dios no es un ser distante e impersonal. Más bien, Dios es personal y relacional. Él es el Creador del universo, pero también es el Padre de todas las personas. Jesucristo es el Hijo de Dios y comparte la naturaleza divina de Dios Padre.


    Segundo, es importante entender que Jesucristo es completamente humano. Nació de una mujer, vivió una vida humana y murió una muerte humana. Sin embargo, Jesucristo también era completamente Dios. Él tenía el poder de hacer milagros y resucitó de entre los muertos.
Esta creencia cristiana de que JESUCRISTO es tanto DIOS como hombre es un misterio que no podemos comprender del todo. Sin embargo, podemos confiar en que esta creencia es cierta porque se basa en las enseñanzas del mismo JESUCRISTO, así como en el testimonio de la Biblia.


La creencia cristiana de que JESUCRISTO es tanto DIOS como hombre es un principio central de la fe cristiana. Es una creencia que ha sido sostenida por los cristianos durante siglos, y es una creencia que continúa siendo sostenida por los cristianos en la actualidad.
Aquí hay algunos pensamientos adicionales sobre cómo JESUCRISTO es tanto DIOS como hombre:



JESUCRISTO es totalmente DIOS porque tiene todos los atributos de DIOS, como la Omnipotencia, la Omnisciencia y la Omnipresencia.
JESUCRISTO es completamente hombre porque nació de una mujer, vivió una vida humana y murió una muerte humana.

La Divinidad y la humanidad de JESUCRISTO no son dos cosas separadas. Son dos aspectos de la misma persona.
La Divinidad y la humanidad de JESUCRISTO están unidas en una sola persona sin confusión, sin separación y sin división.

Aquí es donde entramos en el “misterio” y, como con la Trinidad, podemos “comprender” el concepto aun si no lo entendemos completamente. Entonces, no se frustre; sólo observe lo que la Biblia dice y acéptelo tal como es: La verdad.

JESUCRISTO es un Ser (una Persona) con dos naturalezas.

💢 Véase la ilustración al principio de este artículo 💢

Su Naturaleza Divina  es “todo DIOS ”: La Biblia  dice que en Cristo "habita toda la plenitud de DIOS. ÉL es DIOS; todo lo que es DIOS, esto es Cristo. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad". [Col 2.8-9]

Su naturaleza humana es “todo hombre”: La Biblia dice que JESUCRISTO, como un ser humano, es exactamente como nosotros, sin el pecado (no tiene ni pecado personal, ni tampoco el pecado original; no nació en pecado, ni tampoco cometió pecado).

Todo lo que el hombre es, esto es JESUCRISTO. Él es el “postrer Adán” porque Él, en Su humanidad, es lo Adán era antes de caer en el pecado.

"Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante". [1 Cor 15.45]

Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. [Rom 5.18; ver todo el pasaje en contexto: Rom 5.12-21]

Sin embargo, a pesar de que tiene dos naturalezas (una Divina y una humana), JESUCRISTO es un Ser; Él es una sola Persona. Obviamente no podemos entender esto en su totalidad porque es algo. No obstante, es la realidad, es un hecho y es la verdad que vemos en todo el Nuevo Testamento.

Esto es la “unión hipostática”:  la unión de dos naturalezas en un Ser.

Analicemos y estudiemos algunos ejemplos de la unión hipostática en el Nuevo Testamento.

La unión hipostática (la unión de las dos naturalezas en la Persona de JESUCRISTO) explica varias “contradicciones aparentes” que vemos en cuanto al Señor en la tierra.

La primera de ellas es la que encontramos y ante la cual muchos estudiosos y teólogos despierta controversia es la  contradicción aparente con Su Omnipresencia.

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. [Juan 3.13]

En Juan 3 JESUCRISTO estaba en la tierra, en un cuerpo, hablando con Nicodemo acerca del nuevo nacimiento. Estaba en un sólo lugar, en un punto dado, exactamente como cualquier otro ser humano (no podemos ocupar más de un lugar a la vez). Sin embargo, a la misma vez Él dijo estaba en el cielo, que “está” (en el presente, en el mismo momento que está en la tierra hablando con Nicodemo) en el cielo. [13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.]

¿Cómo puede ser que estaba en dos lugares a la vez?

En Su humanidad (Su naturaleza humana) JESUCRISTO experimentaba todas la mismas limitaciones que nosotros como seres humanos: estaba en un solo lugar.

Sin embargo, como DIOS (Su Naturaleza Divina), ÉL siempre tenía todos los atributos divinos, que incluyen la Omnipresencia.

Por consiguiente, no hay error ni existe contradicción alguna (decir que está en la tierra y a la vez está en el cielo). Es simplemente una expresión de la unión hipostática que hay en el Señor JESUCRISTO, la unión de la naturaleza humana y la Divina en una Persona. ¡JESUCRISTO es único!

La contradicción aparente con Su Omnipotencia.

23  Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?  [Mat 8.23-27]



(v24) Cristo, como hombre, estaba tan cansado y rendido del sueño que pudo dormir durante una tormenta tan grande que asustó a los pescadores profesionales (hasta que tenían temor de que iban a morir nos dice el versículo 25). En esto vemos que Jesús era plenamente humano — un hombre — exactamente como nosotros (pero sin pecado, obviamente). ¡Se cansaba y no pocas veces mucho!

(v26) Pero a la misma vez ÉL era (y es) DIOS Omnipotente, el Todopoderoso que tiene poder y potestad aun sobre la creación. Con  una sola palabra, la creación le obedece a Jesús. ÉL es DIOS; ÉL es el Creador y el que sustenta todas las cosas con Su Palabra y con Su poder.

"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. [Col 1.16-17]


El cual [el Hijo], siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. [
Heb 1.3]

Por lo tanto, no es ninguna contradicción (que Cristo se cansaba pero que también tenía un poder sin límites). Es simplemente una manifestación de la unión hipostática, que Jesús era (y es) una Persona con dos naturalezas.

La contradicción aparente con Su Omnisciencia.

Como hombre, Cristo no sabía la hora, ni el día de Su segunda venida. Sólo el Padre lo sabía. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. [Mar 13.32]



No obstante, como DIOS, JESUCRISTO lo sabía (y lo sabe) todo; Él es Omnisciente. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. [Juan 21.17]

Un pasaje dice que Cristo lo sabe todo y el otro dice que no sabe la hora de Su venida gloriosa a la tierra (y hay muchos otros pasajes que podríamos agregar a estos para sostener ambas declaraciones). ¿Es una contradicción? No, porque Cristo tenía (y tiene) dos naturalezas que se unen en Su Ser. Así es la unión hipostática. En Su naturaleza humana, Cristo tenía ciertas limitaciones como cualquier otro ser humano, pero a la misma vez en Su Naturaleza Divina gozaba de la Omnisciencia (¡porque ÉL es DIOS!).



La unión hipostática (la unión de “hombre y DIOS” en un Ser, en Cristo Jesús) fue necesaria para nuestra salvación.

Un  hombre pecó y por esto un hombre tuvo que morir (no un ángel, ni tampoco ningún animal). La justicia de DIOS exige la muerte de un hombre porque un hombre pecó.

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron... Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos... para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante JESUCRISTO, Señor nuestro. [Rom 5.12-21]

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de DIOS es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. [Rom 6.32]

Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.  Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste;  Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh DIOS, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. [Heb 10.1-7]

No obstante, un hombre no podría pagar por el pecado (ni siquiera por el suyo, mucho menos por todos los pecados de todos los hombres). Sólo un Ser eterno e infinito pudo pagar todo el precio del pecado y cancelar toda la deuda del mismo.

La paga del pecado es la muerte, y no sólo la muerte física sino también la muerte segunda del lago de fuego, una eternidad de sufrir la ira de DIOS en el lago de fuego (es por esto que el hombre “no puede” pagar aun por su propio pecado; nunca saldrá del castigo, estará “pagando por el pecado” por toda la eternidad).

Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles... E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. [Mat 25.41-46]

Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. [Mar 9.43-44]

Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. [Apoc 14.11]


Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego [
Apoc. 20.15].

Pero  los cobardes e incrédulos,  los abominables  y  homicidas,  los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. [Apoc 21.8]

Cada pecador, como el criminal que es por haber violado la Ley de DIOS, le debe esto a su Creador, el Juez Justo. Le debe una eternidad de sufrimiento y castigo bajo la ira de DIOS en el lago de fuego.

Pero Cristo lo sufrió todo por todos los hombres, sufrió toda la ira de DIOS por  todos los pecados de todos los pecadores. Sufrió una eternidad de la ira divina por cada pecado de cada pecador. El Justo sufrió por los injustos (por cada uno de ellos, por cada uno de sus pecados).

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a DIOS, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. [1Ped 3.18]

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de DIOS y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros...  aunque nunca hizo  maldad,  ni hubo  engaño  en su  boca.  Con todo eso,  Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. [Isa 53.4-11]

Sólo un Ser infinito y eterno puede pagar una deuda infinita y eterna. Cristo Jesús era (y es) este Ser infinito porque Él es DIOS mismo en la carne. Por lo tanto, Su sacrificio es suficiente (es suficiente para quien sea y para todos). No hay más sacrificio que uno pueda ofrecer; Cristo lo pagó todo. Es por esto que la salvación no es por obra y es por esto que ofrecerle a DIOS sus “buenas obras” para la salvación es una ofensa increíble (es menospreciar y despreciar lo que sufrió Su Hijo JESUCRISTO; y Él sufrió toda la ira de DIOS por todos los pecados de todos los pecadores).

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de DIOS; no por obras, para que nadie se gloríe. [Ef 2.8-9]

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de JESUCRISTO hecha una vez para siempre. [Heb 10.10]

Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de DIOS, [Heb 10.12]

Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. [Heb 10.14]

Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. [Heb 10.18]

Por esto JESUCRISTO es el único Mediador entre DIOS y los hombres (porque Él es DIOS y también hombre; es el único que puede unir a los dos). Porque hay un solo DIOS, y un solo mediador entre DIOS y los hombres, JESUCRISTO hombre. [1Tim 2.5]

Como hombre, JESUCRISTO nos ha alcanzado a nosotros, llegó a ser uno de nosotros, pero sin pecado.

Como DIOS, JESUCRISTO satisfizo la justicia del Señor, nuestro Creador.

Por lo tanto, JESUCRISTO es el “Árbitro” entre dos enemigos, el “Árbitro” que los puede reconciliar a los dos. Esto era la esperanza (el gran anhelo y deseo) de Job: No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros dos. [Job 9.33]

Y así es nuestra esperanza hoy día: Es JESUCRISTO, el “Árbitro” y Mediador entre DIOS y los hombres, entre enemigos.

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con DIOS por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. [Rom 5.10]

Sólo en Cristo hay salvación porque Él es el único “hombre Divino”. Él es el único que tiene las dos naturalezas necesarias para lograr la salvación de un ser humano. DIOS, el Ser infinito y eterno, llegó a ser hombre y murió por el hombre (y puesto es infinito y eterno, sufrió y murió por todos los hombres).

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. [Hech 4.12]

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. [Juan 14.6]



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